La pandemia global que nos azota sin piedad nos ha entretenido con sus diversas campañas de conscienciación con relación a los protocolos sanitarios que busquen evitar la propagación del Covid 19 y con ello la crisis de abastecimiento de los
EPP (elementos de protección personal) que son indispensables para profesionales de blanco quienes son el primer anillo en el combate a este mal.
Se ha recurrido a una deuda de millones en dólares, también se ha contado con la colaboración de organismos internacionales que han donado lotes de dichos elementos y así van los meses de cuarentena y sus fases con una gran inestabilidad en varios aspectos en la vida de todos en momento tal en el que las diversas regiones sanitatias ponen en evidencia el colapso de los servicio sanitarios por la falta de insumos médicos y especios físicos apropiados para el tratamiento a pacientes ya sean por covid o enfermedades graves y/o terminales.
En todo este conflicto reaparece el otro
EPP autoproclamado (Ejército del Pueblo Paraguayo) para a su vez poner una cortina de humo a la corrupción con la que operan los responsables de encaminar los rumbos de una nación quienes desde los estrados en los que operan crean dificultades para vender facilidades que con una mal llamada concordia pone en evidencia quién decide los destinos del país y empleando el mismo modus operandi.
La ciudadanía se encuentra hasta el hartazgo con esta calidad de autoridades, el pueblo busca contar con un gobierno auténtico con compromiso y patriotismo, alejado de la imperante corrupción y de los escándalos involucrando a políticos de turno que se valen de la mediates para desviar la atención cuando que ello sólo propicia la desconfianza al gobierno.